viernes, marzo 31, 2006

Las papas de McDonald's

Discutir sobre el origen de la papa resulta improductivo, pues ello no desmerece al Perú como centro de su domesticación

 punto de vista

McDonald's es uno de los mayores difusores mundiales de la papa, el tubérculo de origen andino que, junto con el trigo, el arroz y el maíz, constituye uno de los cuatro alimentos más importantes del mundo. En efecto, esta cadena de 'fast-food' sirve papas fritas a casi todos los cientos de millones de clientes a los que atiende diariamente en más de 100 países. Para ello, ha trabajado muchos años mejorando su preparación, hasta llegar a tener unas papas fritas que considero de gran calidad.

Hace unos 50 años, esta empresa era un pequeño restaurante de hamburguesas dirigido por los hermanos McDonald's, dos personajes muy orientados a la cocina, y con cierto éxito en su barrio. La empresa cambió su fisonomía cuando llegó a visitarlos Ray Kroc, un vendedor de licuadoras, que se dio cuenta de que los hermanos tenían un excelente producto, pero sin una estrategia de márketing que lo adaptara a las necesidades del público. Mr. Kroc, en poco tiempo, convirtió al pequeño restaurante en un fenómeno mundial.

Hoy, que Chile registra algunas de sus papas como variedades propias y algunas personas se inflaman de nacionalismo para defender al "producto peruano", conviene recordar el caso de McDonald's para poner las cosas en una perspectiva adecuada.

Por tanto, vemos que no es necesario ser el inventor de algo para tener el mejor producto. Los McDonald's no inventaron las hamburguesas, pero hicieron un producto tan bueno que mereció ser preparado en cantidades industriales. Asimismo, ser la fuente creadora de un producto puede dar derecho a guardar el nombre, pero no asegura el éxito del mismo, pues el dinero está en la comercialización. Si bien los hermanos McDonald's ganaron bastante dinero y tienen el orgullo de que la gran cadena lleve su nombre, es importante saber que el que se hizo multimillonario fue Ray Kroc, el hombre que organizó el negocio. Finalmente, debe conocerse que muchas empresas trataron de imitar el éxito de la cadena de los arcos dorados, pero que, en lugar de mellar su crecimiento, la ayudaron a crecer exponencialmente al hacer más conocido el producto genérico.

Frente a todo esto, creemos que no se puede desconocer el derecho de Chile, o eventualmente de Bolivia, de registrar a sus papas nativas. Discutir sobre ese tema resulta improductivo pues ello no desmerece al Perú como centro de su domesticación y desarrollo.

Por otro lado, de nada sirve reivindicar el origen andino y centralmente peruano del producto si no trabajamos para hacer que se difunda con nuestro sello. El Perú no debe dejar pasar más la oportunidad de posicionarse como el país de la papa, realizando actividades agrícolas, industriales y turísticas alrededor de ella.

¿Cuándo lo habremos logrado? Cada vez que alguien en el mundo coma unas papas fritas, piense en el Perú y no solo en McDonald's.

(*) CENTRUM CATÓLICA